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Historia

El territorio que se incluye en el distrito actual de la localidad fue dominado por aucas o araucanos, pueblos originarios que incursionaron desde la cordillera a lo largo del Río Quinto. En la época del Virreinato del Río de la Plata, los Pampas, luego invadidos por los araucanos, que se hallaban en posesión del caballo, contaban con abundante ganado cimarrón para asegurarse el sustento. A la vez el gaucho se dedicaba a diezmar el ganado.

En 1776 se levantaron los fuertes de Melincué, India Muerta, Pavón y Esquina quedando la zona de Santa Isabel fuera de esta línea de fronteras. En 1852 esta zona quedó comprendida dentro de la línea de frontera que unía Río Cuarto, La Carlota, Laguna de Hinojo (Venado Tuerto), Melincué y Fortín Chañar (Teodelina). En 1857 Santa Isabel era un sitio remoto, campo abierto, sin alambrado ni vallas, con ganado arisco. En ese año Don Miguel Rueda compró un terreno compuesto de dieciocho mil varas de frente (15 km) por doce mil de fondo (10 kms) es decir seis leguas superficiales. Además de ésta estancia es posible identificar cinco grandes zonas más, formando parte de la actual traza del distrito de Santa Isabel. Una de ella comprende a La 76, estancia de tres leguas de campo que perteneció en 1901 a Roberto Inglis Runciman, de nacionalidad inglesa, que se dedicó a la especulación inmobiliaria. En la actualidad ésta extensión se halla atravesada por la línea férrea del ex ferrocarril Central Bartolomé Mitre y consta de la estación de Ferrocarril Runciman.

Otra zona es parte de lo que fue propiedad de Tomás Amstrong que en 1874 estaba en posesión de 140.000 has. A una de sus nietas, Josefina Elortondo, casada con Otto Bemberg, correspondió el campo de Las Rosas. Esta área de 3694 has., poco más de una legua y media de superficie, se vendió a finales de la década de 1960 a algunos ex arrendatarios. Por allí cruza la línea del entonces Ferrocarril Pacífico que comunicaba la Estación Otto Bemberg (luego Rastreador Fournier), ubicada a solo 3 Kms. del casco urbano, con Rosario. Luego, en 1954, esta línea fue empalmada con la de la estación Santa Isabel localizada en la zona urbana.

La zona Sur y Centro del distrito pertenecieron a Diego de Alvear. Sus campos abarcaron lo que hoy corresponde a los distritos de Cristophersen, San Gregorio, Diego de Alvear, Teodelina, Villa Cañás, parte de María Teresa, Santa Isabel, Hughes, Wheelwright, Juncal y penetraba en casi igual extensión en el norte de la provincia de Buenos Aires. Hacia 1902, las 8099 has. locales, después de sucesivas ventas quedaron en poder de Luis Pinasco, y posteriormente en posesión de sus herederos, con las consecuentes subdivisiones.

Otra zona, que al ser vendida a colonos dio origen a la localidad, es la del establecimiento que llevaba por nombre La Colina, de seis leguas cuadradas (16.199 has.). Este sector perteneció a Guillermo Rotger Gilmour y fue heredada por su hermano George Gilmour, quien vendió en 1906 su propiedad a Bartolomé Devoto. La sociedad Devoto y Cia. subdividió el terreno en lotes que iban desde quintas chicas de 4 has. a campos de 65 has., además de haber trazado el pueblo en 115 manzanas. Estos lotes salieron a la venta en remate público el 8 y 9 de febrero de 1908 una vez cumplimentados los requisitos de aprobación de la traza del pueblo y colonia por parte de la Secretaría del Ministerio de Gobierno de Santa Fe. El episodio del remate es considerado el acto fundacional del Pueblo y Colonia de Santa Isabel y los compradores de las primeras parcelas sus verdaderos fundadores. De tal manera, cada 8 de febrero se celebra un nuevo aniversario del nacimiento de la localidad.

Cuando Devoto y Cía. realizó el loteo de La Colina, ya existía sobre el límite Sureste la estación ferroviaria Santa Isabel, por lo que al legalizar los planos se introdujo este nombre para denominar así a la nueva población.

Fue fundado en el año 1908, tras el remate de tierras de la empresa Devoto. Un grupo de inmigrantes adquirió los primeros terrenos del pueblo.

 

 

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